La tercera generación de Cayenne, el primer SUV que Porsche construyó, ha sufrido una transformación en la carrocería, y con ello una modificación importante en suspensión, dimensiones y por supuesto una dinámica distinta.

Una nueva conceptualización de los SUVs

Así como lo leen, Porsche acaba de poner la vara muy alta con la construcción de este Coupé y entregándole una cara más deportiva a un producto que ya lo era, solo era cuestión de tiempo para ponerlo en el mapa.

A simple vista vemos una carrocería que por supuesto, cambia con todo lo que tiene que ver con habitabilidad en la parte trasera, espacio en la una nueva aerodinámica. Pero también la oferta de motores es otro de los puntos que debemos destacar en esta nueva entrega, y comienza con el V6 Biturbo de 340 HP, la versión “S” de 440 HP y el tope de gama es el V8 Bi-Turbo de 550 caballos de potencia, todos acoplados a una transmisión Tiptronic de ocho cambios.

Nueva cara

Este Cayenne tiene un estilo propio, mucho más emotivo, quienes estuvieron a cargo del rediseño de la parte trasera del SUV pusieron mucha atención en la solución del pilar A que ahora es más inclinado, y es de media a dos centímetros más bajo. Pero eso se convirtió en un reto para que el espacio para las cabezas no sufriera una transformación tan dramática. La carrocería también gana dos centímetros y eso ayuda para gozar de buen espacio interior. El alerón de la cajuela lo reemplazaron por una pieza que está suavemente inclinada. Ahora bien, el spoiler de la parte trasera se levanta cuando pasas los 90 km/h, y a los 60 km/h se retrae automáticamente. Rines de 22 pulgadas opcionales, pero de stock son de 20 pulgadas.

Interiores

Si se pensaba que los interiores no iban a cambiar, están equivocados, claro que se transforman. La parte delantera se reduce un poco con respecto al Cayenne normal, pero sigues disfrutando de los asientos delanteros, los cuales vienen en dos tipos: piel y otros con tela de cuadros, esto es para honrar a los autos de carreras que han existido en toda la historia de la casa de Stuttgart. El volante viene forrado en Alcantara, y de tacto deportivo. Todo lo demás es prácticamente un Cayenne a toda regla. La pantalla en medio del tablero, la botonería en la zona de la palanca de cambios. Tecnológicamente viene con sistemas de seguridad como el: Adaptive Cruise Control —InnoDrive—, que es un sistema electrónico copilot, este es utilizado mediante el sistema de mapas, el cual te calcula la aceleración optima y la desaceleración por los siguientes tres kilómetros; también es capaz de asistirte para tomar las esquinas y saber las velocidades máximas. También te ayuda a tener una mejor eficiencia y ahorro de combustible.

Iniciamos la marcha

Cuando giras la llave todo se vuelve felicidad, de inmediato me doy cuenta que estoy en un deportivo puro, no parece que estoy a bordo de un SUV. Se escuchan los 440 caballos ronronear y después todo es disfrute, y esto me remite al sonido de los vehículos puros como el 928. La conducción en la ciudad es muy cómoda, la circulación es como si flotaras. Tuve oportunidad de manejarlo por una semana dentro y fuera de la ciudad, y pues no queda más que pisar el acelerador a fondo y sentir cómo te pegas al respaldo del asiento. No es para menos, hablamos del V-6 Biturbo de 440 caballos de fuerza un torque de 405 libras pie de fuerza, el 0 a 100 es capaz de hacerlo en 4.7 segundos, tracción integral.

Sí es muy emocionante sentir esa adrenalina, pero también te impresiona la forma en la que toma las curvas. Actualmente no tienes un auto que se le compare tanto en el peso como el balance, así como en la manera de dar vuelta y de apoyarse en cada giro… y lo hace ver muy fácil. Al final, podría decir que lo hace igual de bien que el 911 y eso que tiene tres metros de diferencia.

Es cierto que no solo es velocidad, también tiene que ver con leyes de la física y aerodinámicamente, por las que está muy bien logrado. No estamos hablando de un deportivo, pero sí un SUV que está preparado para afrontar cualquier reto.

Checa la galería