Los Arenales del Popo: el ascenso más extremo del año
Por Juan Bosco
La aventura de recorrer México de una forma diferente, han llevado al equipo Bosco ́s Camp a adentrarse en las imponentes faldas del volcán Popocatépetl, reuniendo 45 vehículos en tres fines de semanas completamente intensos y llenos de adrenalina.
Como suele suceder en esta ruta, se hace una junta previa con el equipo de Protección Civil de la entidad, quienes dan indicaciones precisas sobre cuáles son las directrices a seguir en una de las rutas más demandantes del serial BFGoodrich 2022.
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Inicio de ruta
Desde muy temprano, el equipo se reúne con los aventureros que ansían participar en esta travesía, explorando diferentes terrenos y llevando al máximo cada uno de sus modelos 4×4. Para esa secuencia de visitas, se comenzó el ascenso por el famoso Paso de Cortés, el cual se ubica 3,600 metros de altura y que cuenta con un albergue para los visitantes.
Y es que desde un inicio, cada una de las tripulaciones enfrentó diferentes complicaciones para el ascenso, ya que había mucha grava suelta y muchos pilotos no conseguían trazar el camino de forma correcta.
El récord
Aquí, el expertise del equipo Bosco ́s Camp fue clave para que todos los participantes alcanzarán la meta pactada, ya que a través de indicaciones visuales y un contacto por radio de manera constante, ayudó a agilizar la avanzada en cada una de las rutas.
Sin duda, el camino no fue para nada fácil, ofreció una cantidad enorme de zanjas en ascenso y curvas pronunciadas, pero con la guía correcta, todos los pilotos llegaron al siguiente punto de elevación, pactado a los 4 mil metros sobre el nivel del mar.
Para este momento, cada una de las tripulaciones tuvo que seguir al pie de la letra cada una de las directrices marcadas por el Líder, ya que la técnica de conducción tenía que ser lo más precisa posible para evitar en gran medida las trampas de arena, los hoyos y las piedras de gran tamaño.
Cabe destacar que aun así, el equipo Bosco ́s Camp estuvo listo con el winch, malacate de acero, eslingas y grilletes, los cuales garantizaron el rescate de aquellos que se metieron en dificultades inherentes a esta ruta tan demandante.
Con un tiempo por demás que perfecto en cada una de las visitas al llamado “Volcán de Humo”, se alcanzaron los 4 mil 300 metros sobre el nivel del mar, experimentando una temperatura exterior de -2 grados centígrados y ráfagas de viento de hasta 30 kilómetros por hora.
Luego de disfrutar las espectaculares vistas que la naturaleza ofrece, las tripulaciones comenzaron con el descenso escalonado, alcanzando las faldas del volcán todavía con luz de sol, experimentando una estrategia perfecta en cada una de estas visitas.
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