La Clase G de Mercedes-Benz se fabrica desde 1979,  y ahora este ícono todoterreno ha alcanzado el hito de 400.000 unidades producidas. Para  conmemorar este aniversario, una Mercedes-Benz G 400d de color rojo, salió de la línea de  producción en Graz, Austria.

El automóvil se dirige a un cliente en el Oeste de Alemania que ha  sido fanático de este clásico angular desde 1979 y ahora tiene alrededor de 20 modelos. ¿Su  lema? “No puedo estar sin la G.”

Lo que comenzó en 1972 como un acuerdo de colaboración entre la entonces Daimler-Benz AG Steyr-Daimler-Puch en la ciudad austriaca de Graz es ahora una historia salpicada de superlativos  e hitos importantes. El primer concepto que se desarrolló era, en sí, diferente.

El equipo diseñó un vehículo que impresionó por su capacidad todoterreno superior y, al mismo tiempo, atrajo a los  clientes como un vehículo seguro y con todas las funciones adecuado para fines recreativos. La  tracción en las cuatro ruedas y los bloqueos del diferencial al 100% también han sido  parte de la “G” desde ese momento, al igual que el robusto bastidor tipo escalera. 

En el momento de su lanzamiento al mercado, en la primavera de 1979, estaba disponible con una selección de cuatro variantes de motor. En 1989, los vehículos de la serie de modelos 463  marcaron el comienzo de un proceso evolutivo para el todoterreno que no solo se trataba de seguir el ritmo del progreso técnico. Fue una evolución que también trajo una base de fanáticos en constante expansión y enfatizó su carácter como un vehículo exclusivo para cualquier ocasión. Y, desde 1993, un vehículo con nombre oficial: Clase G. 

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Modelos icónicos

Los modelos de la Clase G utilizados para el “Papamóvil” son famosos en todo el  mundo. El primero de estos vehículos representativos del líder de la Iglesia Católica fue el  todoterreno Mercedes-Benz 230 C, con un acabado de nácar y una construcción de vidrio especial. Acompañó al Papa Juan Pablo II en todo tipo de viajes desde 1980 en adelante. 

El 25 aniversario de la Clase G estuvo marcado por la llegada al mercado de un modelo muy  especial, perfeccionado por Mercedes-AMG: la G 55 AMG Kompressor. Su unidad de potencia de  ocho cilindros dio al robusto todoterreno un nivel de rendimiento sin precedentes y demostró el  tremendo potencial de la Clase G.

La G 500 4×4² de 2015 agregó no solo un lujoso interior a la  ecuación, sino también una distancia sobre el suelo de 45 centímetros y un impresionante  desempeño todoterreno. Gracias al Mercedes-Maybach G 650 Landaulet, la icónica “G” se  reinventó una vez más en 2017. Con su superlativo motor V12, ejes de pórtico, techo de tela  eléctrico y equipamiento exclusivo en el compartimiento trasero, este vehículo todoterreno muy  especial, que está limitado a 99 unidades, cumple con las expectativas de los clientes que exigen  los más altos estándares de su vehículo.