Está pandemia hizo que muchos de nosotros cambiaramos nuestros hábitos y también nos retó. La historia de una chica propietaria de un Volkswagen Sedán verde de 1969 estacionado en la esquina, con orquídeas y helechos apiñados en el cofre abierto, girasoles asomando por las ventanas, plantas en macetas en el techo.

Convertir su vocho en una florería fue el plan de supervivencia de Valcineia Machado después de que su negocio colapsara en la pandemia de COVID-19, y se convirtió en un éxito en el distrito de la playa de Copacabana en Río.

A los 51 años, se ha reinventado a sí misma, pasando de los bienes raíces a la venta de rosas y otras flores en una esquina concurrida.

“No tenía dinero para pagar la renta, así que comencé a pensar qué podía hacer para sobrevivir“, dijo, colocando una maceta de girasoles en la acera.

Y va bien. En los primeros tres días ganó lo suficiente para cubrir un tercio del costo de compra del su vocho, y dice que se ha convertido en la comidilla del vecindario.

Checa la galería